18 julio 2012

Juzgar a los demás


El Ego.

Desafortunadamente, decir o escuchar cosas negativas acerca de los otros no solo los daña a ellos, puede tener el efecto de solidificar y aumentar tu propio ego.

 La gratificación de hablar mal de alguien, o incluso de oír o leer tales palabras  habladas por otros nos da la sensación de ser mejores que otros y nos da placer a costa de alguien.

Participar en el cotilleo y la difamación es un síntoma de lo inadecuados que nos sentimos.

Si nos sintiéramos realmente completos, perfectos y adecuados -lo que es el estado despierto de la mente- no necesitaríamos caer en la trampa del habla negativa. 

Cuando vemos que nuestra propia naturaleza real no carece de nada, queremos en última instancia celebrar el éxito y el bienestar de otras personas.
Cuando no vemos nuestra propia naturaleza real, erróneamente creemos que nuestro egocentrismo, lo que yo llamo el pequeño y limitado yo, es lo que realmente somos.

No nos damos cuenta de nuestro Yo Verdadero, que trasciende el ego limitado y la Gran Mente sin limites.

Cuando vamos más allá de lo limitado y lo ilimitado y realizamos nuestro yo verdadero, podemos abrazar nuestro propio ego. Reconociendo que no podemos estar completamente libres del ego, ya no estamos en la negación del ego.

En este punto, funcionamos desde un estado despierto de la mente que incluye y sin embargo trasciende el ego.

Normalmente caemos en la trampa o de tratar de librarnos del ego -lo cual es virtualmente imposible porque necesitamos un ego para funcionar- o de negar el ego y creer que carecemos de ego o de yo. Y eso todavía es ego.

La clave es reconocer y ser consciente, porque solo reconociendo a través  de la consciencia podemos realmente trascender el ego, lo que significa abrazar y sin embargo moverse más allá de nuestro egocentrismo.

Desde el punto de vista del Yo Verdadero, no mantenemos ninguna preferencia sobre el egocentrismo o la falta de ego. Esto es lo que significa incluir e ir más allá del yo.

Tan pronto como preferimos uno sobre el otro, es el ego el que está funcionando.
Mientras el ego esté al mando, entonces nos deleitaremos en hablar mal de otros, dejarle mal o regocijarnos en sus desgracias porque no vemos que todos somos uno y conectados, que intrínsecamente yo soy tú y tú eres yo, que tu buena suerte es mi buena suerte y tu desgracia es mi desgracia.

Autor: Dennis Genpo Merzel


Tu libertad es tomar tus propias elecciones. No tienes que aceptar la opinión que otro tiene de ti, sea buena o mala. Ni siquiera es necesario que te moleste. Si tú los molestas siendo como eres, ese es su problema, con el cual van a lidiar tanto como ellos quieran. Deja que ellos se ocupen de sus juicios, será más sano para ti. No tienes que buscar la aprobación de nadie más. La única aprobación que necesitas esta en ti. Una vez que la descubras, con integridad y sin ilusiones, sabrás lo que es la libertad. Y nadie te la podrá quitar. Todos te dicen cómo es que debes de vivir, pero pocos te dicen que seas tú mismo.  


¡Buscar la aprobación de los demás es no aprobarte a ti mismo!


Autor: Oiram X.

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